.
ESTE ES UN PROYECTO DE CROWDFUNDING - ¡CLICKA AQUÍ Y AYÚDAME A DIFUNDIR!

lunes, 25 de mayo de 2015

La estaca


Discúlpenme este nuevo paréntesis thisismyindiánico. En 2003, justo un mes después de instalarme en Madrid, el dominical XL Semanal me envió a Valencia a fotografiar, junto a uno de los periodistas más carnívoros de aquella revista, un seguimiento de 72h -en plan sombra-, de Rita Barberá. De aquel trabajo recuerdo dos hechos. Uno, en su despacho. Mi colega David, sentado frente a ella, lanzaba preguntas. Yo revoleteaba alrededor, buscando ángulos. Entonces, la hoy ya ex alcaldesa, sacó una cajetilla de tabaco y de esta extrajo un cigarrillo. Y conforme se lo disponía entre los labios, golpeó de súbito la grabadora de mi compadre, inutilizándola momentáneamente –manotazo brusco, inesperado-, y acto seguido, girándose hacia mí, que enfocaba la secuencia con un tele, eligiendo el momento de hacer ‘clic’, me rugió un “NO me vas a sacar fumando” que me provocó uno de los respingos más ridículos de mi vida.
El otro ocurrió durante ‘el seguimiento’. Nos empotraron en el coche de su jefe de prensa como parte de la comitiva oficial formada por los coches de la propia alcaldesa, los de su seguridad, etc. Recuerdo la cara de mi compadre, Bene, mirándome con ese gesto de hilaridad infantil que provoca escuchar lo inaudito, y esa sonrisa torcida que se le dibuja a todo plumilla que se encuentra ante un temazo sobre el que podría escribir. Su jefe de prensa, con una visible resaca, se lamentaba al teléfono de una noche de juerga, propia de macho celtíbero, moderno pero español, en la que no faltaba todo lo que tu imaginación, querido lector, pueda elucubrar o iluminar como se iluminan los casinos que al final de la noche parecen la pista de baile de una discoteca de sesentones pero que, en realidad, son lupanares. Media hora de arrepentimientos y oscuras confesiones delante de uno de los periodistas más tocapelotas de la casa y un fotógrafo de la mismísima ciudad de la que acababa de huir, que había puesto al día, además, a su compañero de teclas en apenas 40 minutos de vuelo.
La arrogancia de no callar, ni por mollera ni por prudencia, que otorga la sensación de impunidad de quien se cree en un poder perpetuo. Ese, esta pequeña anécdota de borrachín sin muchas luces, era el gobierno que había en Valencia.

Desde hoy, ya no.

Ahora, a disfrutar del caloret, campeones.

2 comentarios:

  1. JAJAJA, El caloret se la ha llevado. Q pena no haber comprado aquel souvenir estas fallas "la chapa del caloret" xq hoy probablemente valga mas. CALORET=ONDA VITAL. Aqui en el sur aun no nos hemos dao cuenta d q tenemos q tirar en la misma dirección para que la estaca caiga. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Caerá, caerá, Marilú... Sólo es cuestión de estirar. Bonito el sur. Siempre al sur! ;)

    ResponderEliminar